La suplantación de identidad es un delito más común de lo que se cree. Las destructoras de documentos son la mejor forma de evitarlos, además ayudan a mantener ordenada la oficina, fomentan el reciclaje y, por supuesto, mantienen la confidencialidad de las personas. En un mundo competitivo la información privilegiada de las empresas, o privada de las personas, puede caer en manos equivocadas si no existen protocolos de seguridad al desechar algunos documentos. Esto puede generar una ventaja para la competencia o una oportunidad al estafador, por lo que una solución para la protección de los datos sensibles es triturar los impresos antes de llevarlos a la basura.
No solo las personas puede ser víctimas del robo de identidad. Aproximadamente el 77% de los documentos que se llevan a la basura pueden contener información que permita a delincuentes acceder a datos corporativos para realizar negociaciones en nombre de la compañía, de esta forma adquieren bienes y servicios a créditos de proveedores. También, la tecnología permite que estafadores obtengan firmas de titulares para atacar cuentas bancarias de las empresas.
Una trituradora de documentos asegura que toda la información importante en papel; facturas anteriores, currículums, correos electrónicos impresos, entre otros, no tengan un mal uso al deshacerse de ellos, mientras el departamento de informática se preocupa de la seguridad digital. A su vez, evita un posible robo de datos confidenciales y ayuda a impedir confusiones con documentos antiguos o incompletos.
El reciclaje también es otra excelente razón para tener una destructora de documentos, ya que el proceso genera pequeños trozos desintegrados que son irreproducibles, pero que si son ideales para crear nuevo papel y ser empleados en otras funciones.
Otra arista que se debe tener en cuenta, para evitar el robo de identidad, es el compromiso de los colaboradores y la concientización sobre la eliminación segura de todos los documentos de la empresa. Es fundamental disponer de políticas claras y simples para explicar a los trabajadores cómo pueden contribuir a la protección de sus identidades y de la compañía.